Violencia de género: "El día que reaccioné fue cuando me liberé", la historia de Silvina en Aconcagua Radio

“Todavía se sigue utilizando la palabra ‘crimen pasional’. Todavía hay gente que dice ‘yo no me meto, es cosa de pareja’”, dice Silvina González, con voz firme pero con la carga de quien ha vivido el horror. A 10 años del primer grito colectivo de "Ni una menos", su historia resuena como testimonio y llamado a la acción.

Silvina es la fundadora de la organización Mujeres al Frente, pero antes fue una de tantas mujeres atrapadas en un ciclo de violencia. “Sufrí un poco de casi todas: física, psicológica, sexual. Pero la que más me impactaba era la violencia económica, porque no me permitía estabilizarme ni salir de ese círculo”, cuenta. La suya es una historia marcada por el miedo, la dependencia, el aislamiento y la manipulación. “Cuando estás en una situación así, el agresor te aísla para tener control sobre tu persona, tus pensamientos, tus decisiones”, explica.

Silvina detalla que su historia comenzó desde muy joven, siguiendo un patrón aprendido en su propio hogar. “Venía de una casa donde no había violencia física, pero sí psicológica. Y uno, por querer huir de eso, se sube al primer micro que pasa pensando que va a estar mejor”, recuerda. A los seis meses de conocer a su pareja, se fue a vivir con él. A los tres, ya estaba embarazada. Y a partir de ahí comenzó el infierno.

“Al principio fue violencia psicológica, te van trabajando la cabeza, te sumergen tanto que no podés reaccionar cuando viene la física”, dice. Como tantas otras mujeres, fue culpada por su entorno. “Los vecinos decían ‘le encanta que le peguen’. Mi familia me preguntaba por qué volvía. Pero yo estaba completamente manipulada. Me amenazaba con matarme, con sacarme los chicos, y yo no tenía casa, ni trabajo, ni podía estudiar”.

En ese contexto, encontrar un trabajo se convirtió en el primer paso hacia la libertad. “Ese fue uno de los primeros ladrillos. Aunque fuera golpeada, yo iba a trabajar, a vender lo que fuera. Sabía que eso me iba a ayudar a salir”, recuerda.

El momento del “click”, ese punto de quiebre del que muchas mujeres hablan, llegó cuando su hijo de diez años intentó defenderla y el agresor lo invitó a pelear. “Ahí mi cabeza hizo un click. No podía permitir que le pegara a mi hijo. Fue el glorioso día de mi salida a la libertad. Lo recuerdo como si fuera hoy. Estaba planchando, le tiré la plancha y salí corriendo a pedir ayuda. Por primera vez, llegué a la comisaría y lo denuncié. Y no volví nunca más”.

Silvina remarca que la violencia no afecta solo a la mujer, sino también a sus hijos: “Nosotras no padecemos la violencia solas. Nuestros hijos también la padecen con nosotras. No podía permitir que mis hijas crecieran creyendo que eso era normal”.

Desde Mujeres al Frente, trabaja todos los días para que otras mujeres puedan dar ese primer paso. Acompaña, escucha, capacita y articula redes de contención. Pero no es fácil. “Todavía muchas cosas no han cambiado. Seguimos escuchando que ‘es de instancia privada’, que ‘eran cosas de pareja’. Y eso es peligroso. Porque invisibiliza y normaliza la violencia”.

González reflexiona sobre las raíces culturales del problema: “Es algo que viene desde hace generaciones. Cuando a las mujeres nos preparaban solo para planchar, atender al marido, parir y criar hijos. Que el marido te gritara o golpeara era normal. Te casaste, es tu marido, no te podés separar por el ‘qué dirán’”.

En ese contexto, valora el surgimiento del movimiento Ni una menos, que se desató tras el femicidio de Chiara Páez en 2015. “Ahí se dijo basta. Pero fue solo el comienzo de una lucha muy larga. Y si no podemos cambiarlo, al menos tenemos que intentar mejorarlo. Lamentablemente, en estos años no hemos visto mejoras significativas”, afirma.

Hoy, Silvina pone su experiencia al servicio de otras mujeres. “Las chicas que quieran comunicarse conmigo pueden hacerlo por WhatsApp al 2616136557. Ese es mi número personal, me pueden escribir bajo cualquier circunstancia”, informa. También pueden buscarla en Facebook, bajo el nombre Maida González.

La agrupación evita tener muchas redes sociales por razones de seguridad. “Nos protegemos mucho porque trabajamos con mujeres en situaciones de riesgo”, aclara.

Antes de despedirse, Silvina deja un mensaje para quienes están atravesando situaciones similares a la que ella vivió: “Tenemos que aprender a defendernos. Saber que no estamos solas. Y entender que salir es posible. El miedo es inmenso, pero hay vida después del miedo. Yo pude, y muchas más también pueden”.

Contacto:

WhatsApp: 2616136557

Facebook: Maida González

Organización:

Mujeres al Frente – Acompañamiento y redes de contención para mujeres en situación de violencia.

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